domingo, 2 de febrero de 2014

Somos más

Vivimos una época en la que ser cristiano católico es signo otra vez de persecución. Martirios alrededor del mundo tocándonos ser a veces mudos testigos de cómo aquellos testigos de nuestro tiempo mueren por llevar un crucifijo en el pecho. Esto nos lleva a reflexionar nuestra opción de vida como cristianos católicos en un mundo cada vez más convencido que Dios y su Amor no sirven para lograr la "felicidad plena", entendida muchas veces con esos "valores" del hombre basados en el tener, el poder, el placer.

Hemos sido testigos los últimos años de cómo cristianos con el poder del servicio sobre sus manos fueron los primeros en voltear la mirada alejándose de Dios y obrar en base a sus necesidades humanas, dejando de lado su compromiso con Dios y con la Iglesia, generando mucho dolor entre las víctimas y escándalo entre los creyentes.